Otras monedas, otros intercambios, otras formas
Nos lanzamos al mar de las monedas sociales, nadamos entre sus valores y sus formas. Es un baño con mucho gusto.
En un portal de noticias aparece un reportaje sobre el túmin, y enseguida se arma un foro de debate en los comentarios a la nota. Preguntas, apreciaciones, ampliaciones, dudas,… se produce un espacio espontáneo para el compartir. En las Islas Canarias se consigue una renta básica si tienes mucha actividad con la moneda demos, que fomenta la economía solidaria desde una gestión compartida.
Hace unas semanas se lanzó un crowdfounding para consolidar el ecosol, la moneda social de Catalunya. Ya consiguieron el objetivo mínimo del proyecto gracias a las aportaciones de cientos de personas. Aquí podemos verla interrelación entre lo digital y lo analógico, dos mundos que pueden ser consecuentes y solidarios, funcionando a la par en un llamamiento al apoyo colectivo.
Túmin, ecosol, demos, tlaloc, expronceda, UDIS, choquito, altamir, boniato, Bristol Pound, S.O.L., bitcoin,… miles de nombres propios elegidos por los y las participantes en su uso. Son las monedas sociales, que son creadas por grupos de personas que quieren otra cosa distinta al sistema socioeconómico que sostiene la moneda de curso legal en cada país. Según el experto en monedas, Bernard Lietaer, ya hay casi 5.000 monedas de este tipo en todo el mundo.
¿Cuál es la propuesta de la moneda social? Pues muy variada, casi una propuesta por cada moneda, pero esencialmente es “un acuerdo dentro de una comunidad de usar algo como medio de intercambio”, una herramienta para facilitar canjes tanto de productos como de servicios o de conocimientos. El valor no queda en la moneda, sino en las personas que participan en esa permuta de un bien o una utilidad.
Algunas nacieron hace años y luego fueron desapareciendo, otras se mantienen, y muchas más están naciendo en los últimos meses. Sobre todo en Europa, por las crisis. En el Estado español han surgido más de 70 en los últimos dos años. Y para dar cuenta de ello, Julio Gisbert, autor del blog Vivirsinempleo y experto en sistemas de cambio alternativos, ideó un mapa interactivo para visualizarlas geográficamente y conectarlas de alguna forma:
Las hay alternativas a la oficial o las hay complementarias, las hay digitales o en papel, en entorno rural o en ciudades y periferias. Variedad de iniciativas sociales impulsadas desde una comunidad de personas que buscan relacionarse económicamente de otra forma, con otros principios y valores: volver a localizar el mercado, valorar las capacidades productivas de cada quien, evitar la especulación, preservar el medio ambiente, crear un vínculo social,… con una lógica diametralmente distinta a la del capitalismo.
Están muy relacionadas con el mercado del trueque, con los bancos de tiempo, con las cooperativas, con la banca ética, con las ciudades en transición, pero también con los bienes comunes, con el software libre, con la cultura compartida, al P2P… todas ellas propuestas de otro modo de hacer y relacionarse.
Susana Martín, economista autora del libro Nada está perdido nos dice: “Los estudios demuestran que si se financiase exclusivamente la economía productiva no tendríamos crisis bancarias; ahí es donde hay que financiar: la producción de bienes y servicios que sirven a las personas, la economía real”. Y las monedas sociales quieren eso.
Lo social, lo humano y lo comunitario puestos en el centro de la economía, un mercado social con un dinero que es respaldado por bienes y trabajo real de la comunidad, con intercambios justos, y con estrategias que van más allá de la moneda, porque generan sentimiento de pertenencia a un grupo, con actividades de formación y artísticas, es dinamizador del comercio local de proximidad, del autoempleo y de optimización de los recursos locales.
En México son famosas ya las experiencias del túmin y del tlaloc, que operan en el centro del país y combinan zonas rurales con urbanas. El primero nace en 2010 a iniciativa de los y las habitantes del municipio de Espinal, en Veracruz, para apoyarse económicamente; para formar parte de este mercado alternativo tienes que vender algún producto u ofrecer algún servicio. Al entrar, cada participante recibe 500 túmin. En 2012 sus creadores fueron llamados por la justicia por un aviso del Banco de México, pero aún no tienen notificación alguna, mientras se defienden: su proyecto se trata de un intercambio comunitario de divisa, que no suplanta al peso pues se aplica exclusivamente en los productos y servicios regionales.
Por su parte, el Tianguis tlaloc es un Sistema Red de intercambio “multitrueque entre productores, servidores y consumidores, quienes utilizan un vale comunitario” con ese nombre, “cuya unidad representa un acto de confianza, el cual por acuerdo hoy equivale a $100 pesos”. Ambos funcionan como un circuito cerrado, donde únicamente los socios o agremiados la utilizan para comprar o vender sus productos o servicios, como alternativas que promueven los mercados comunitarios.
En San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, hace algo más de un año nació el cacao solidario, que no es tanto moneda como red de consumidores y productores que quieren evitar intermediarios e intercambiar a precios justos. Varias personas iniciaron reuniones para construir “algo” que saliese de la lógica capitalista, comenzaron con días de mercado de trueque, después con vales de intercambio y finalmente se está asentando como proceso asambleario de cooperativa de consumo responsable.
Caso aparte son: la ya famosa moneda bitcoin, virtual y global, que está siendo utilizada por decenas de miles de personas en todo el mundo. Entró en funcionamiento en enero de 2009 y opera con la filosofía P2P, de código abierto, es decir, sin una autoridad central. Y el kurtú, una moneda virtual para intercambio culturales, todavía en etapa de desarrollo, “que conecta a productores culturales, público y marcas a través de una plataforma social” y “estimula la inversión, producción y distribución cultural” (video explicativo).
Apoyo mutuo, autogestión, cooperación, responsabilidad, transparencia, compromiso,… es decir, los elementos de la democracia radical, la real, la de las personas. Y por tanto nos preguntamos: ¿las monedas sociales son una de las formas de dar vida a un procomún socioeconómico? Veremos.
Recomendamos ver los documentales de Televisión Española:
EXTRA: escucha el Corrido del Dinero solidario, por Felipe: