Marcos Ana, siempre estarás vivo entre nosotros

Por Ramón González García

(Comentario que merece ser entrada)

P1200499Regreso del hospital de ver a Marcos CCk86t3WIAQgBkE.jpg-largeAna convencido de que será la última vez que le vea con vida, intento superar la tristeza con los recuerdos, la dicha y el privilegio de haberle conocido, de haber entrado en su mundo tan dilatado y tan comprometido.
Recuerdo como unos pocos yay@s conectamos con él, en un acto en la RESAD ( Real Escuela de Arte Dramático ) hace más de tres años, le propusimos una entrevista y fácilmente nos ofreció su casa, SIEMPRE ABIERTA. Le propusimos hacerle YAY@ DE Honor, ponerle el chaleco en un acto poético, no lo dudó ni un minuto, movido por su generosidad, solidario con los que luchan en la vida, y sencillo como las grandes personas.1397004288-former-political-prisoner-marcos-ana-honored-by-yayoflautas_4422344
Ahora todos los recuerdos de aquellas visitas, de tardes llenas de poesía, de compartir noticias, de escucharle los relatos de la vida en la cárcel, de sus contactos una vez en libertad con grandes poetas, de su vida con su hijo y su mujer” VIDA “y siempre la solidaridad con la clase obrera.
Recuerdo entre esas tardes, una muy singular, muy especial, nos insistió mucho que escribiéramos, que no dejáramos perder los recuerdos de jóvenes, de no olvidar, de recuperar nuestras raíces, de transmitirlas como el hacía en ese momento.
Le hacía feliz recitar, recordar sus poemas y el entorno donde habían sido escritos, y compartir poemas, propios y de otros poetas, con el Yay@ Ernesto con su poderosa voz y su energía. Marcos sonreía y decía “yo no llego a ese énfasis “
Con 96 años sorprendía la actitud juvenil de su vida, todos los días bajaba al gimnasio, decía “eso si voy porque lo tango aquí debajo de casa” y en las mañanas caminaba hasta el RETIRO.
Le hacía feliz compartir sus cumpleaños tomando unas pastas, le hacía feliz hablar, conocer experiencias, saber que hacíamos los Yay@s en las calles, y quedaba refrendado cuando muchas veces coincidíamos en las manifestaciones, se alegraba haciéndose fotos rodeado de chalecos amarillos.
Puedo decir que esos recuerdos, esos momentos de amistad y cultura de ver la vida tan dura y difícil con tanta generosidad, con tanta amplitud, con tanta sencillez, me han marcado profundamente y si, la tristeza del momento es superable con la gratitud de haberle conocido y con la alegría de saber que los Yay@flautas de Madrid, hemos sido un encuentro feliz en el último tramo de su vida.
POR TODO GRACIAS MARCOS ANA, SIEMPRE ESTAS VIVO ENTRE NOSOTROS.

 

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