Gritos del pueblo en la Puerta del Sol

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Se oye el gritar…

Viene con el viento

el sonido del grito.

Tiemblan las esquinas.

 

Gritar de sillas de ruedas,

gritos dependientes

gritos a cielos

que no escuchan…

 

Gritar de desheredados

gritos rebeldes

gritos con aires

de lucha…

 

Gritar de enfermos

gritos de  impaciencia

gritos de copagos

y listas de espera…

 

Gritar de maestros

gritos con sinalefas

de poemas rotos

 

Gritar de médicos

gritos dolorosos

de males ajenos

 

Gritar de los sin techo

gritos desesperados

de niños sin hogar

 

Gritar…, gritar gritos…

 

En la atalaya de marfil

alguien sigue sordo al grito.

Pero tiemblan las esquinas;

 

 

Ellas dicen  que el grito cambia,

Evoluciona, se modifica,

se va volviendo víscera,

 

torrente de violencia ciega

cuando el eco multiplica el eco

en las esquinas desesperadas.

 

¡Ya trepa por la atalaya el grito!

La barahúnda ensordece.

Gritos gritando gritos…

 

Alguien se siente empujado

al borde de las murallas.

el alguien cae al vacío.

 

El grito para.

Silencio.

Sólo un segundo.

 

Los alaridos del alguien

disminuyen cuando el grito

va deglutiendo lentamente

cuerpo y alma del sordo.

 

Se hace el grito gigante

Voraz

Sanguinario

 

Buscando otros despachos

donde  otro alguien sordo

se desplome para ser devorado

y que la revolución social

 

edifique el grito del pueblo

que se levanta indignado

sobre su propio grito.

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