De la Puerta del Sol a la Plaza de Mayo

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Artículo y fotos: Bernardo Gutierrez

En nuestra visita a Buenos Aires llevábamos en la maleta unos “chalecos de honor de yayoflautas” para las abuelas de la Plaza de Mayo, tratamos de conseguir insistentemente una cita con ellas para entregárselos y no hubo manera de coincidir, aunque finalmente los entregamos en su sede. También llevábamos la ilusión y la curiosidad de estar con esas madres que han dedicado tantos años a buscar a sus desaparecidos, así que el único jueves que íbamos a pasar en Buenos Aires, teníamos una cita en la plaza. Llegamos con algo de retraso según nuestros propósitos, entramos por la avenida Rivadavia, por la esquina de la catedral, serían las cinco de la tarde y allí estaban, como todos los jueves de los últimos treinta y cinco años. Enseguida descubrimos que este jueves no era como todos, este jueves el paseo se convertía en marcha, esto quiere decir que no se pasea unas horas, se pasea todo el día. Además se unen a las madres colectivos simpatizantes y artistas amigos, que van ofreciendo lo mejor de su arte a la causa y los comentarios que creen oportunos para ayudar en lo que se pueda. Nos encontramos inmediatamente unidos en la marcha, nos presentamos como yayoflautas y tuvimos que echarle mucho ingenio para explicar lo que es un yayo, la unión con flauta, los perroflautas y unos cuantos giros del lenguaje. Al final lo más fácil  de entender es que ante este brutal recorte de derechos al que estamos sometidos, nos hemos situado frente al poder y ofrecemos la resistencia que podemos, así fue entendido de inmediato y nos preguntaron muchas cosas, además de agradecernos que estuviéramos caminando junto a ellas.

No había muchas madres, tal vez una docena, estaban muy bien acompañadas por hijos, amigos y simpatizantes. A pesar de su fragilidad a mi me parecieron gigantes, sobre todo cuando te miras en sus ojos serenos, si les preguntas ellas te cuentan….Es difícil expresar el amontonamiento de sentimientos que se quieren abrir paso para manifestarse. Parece que hubieras caminado junto a ellas muchos años, quieres demostrarle tu agradecimiento por llevar a cuestas la dignidad de medio mundo, caminas con ellas en sentido contrario a las agujas del reloj, como siempre lo hicieron ¿será para desandar el tiempo?.., y te sientes bien. Te acuerdas de la socialización de la maternidad que hicieron al acuñar que “ los desaparecidos eran los hijos de todas”,¡grandes¡ , muy grandes al definir el término “ detenidos desaparecidos “,esa es la clave para que a los verdugos se les atragantaran las madres, esas locas que caminaban y caminaban. Pero de repente los recuerdos se paran y escuchas la megafonía, los locutores agradecen a los músicos y empiezan con su ritual, siguen hablando de tribunales, de las condenas obtenidas, etc…,pero según avanzan se empieza a escuchar los desaparecidos por las distintas provincias y a cada final retumba en toda la plaza ¡PRESENTES! Y creedme, para esto no estamos preparados, ahí sí te caes y al mismo tiempo entiendes que el trabajo de estas mujeres ha sido inmenso, la conciencia social que han conseguido no va a permitir que se olvide a tanto mal nacido, no solo la historia los juzgará, están dispuestas a que los juzguen los jueces y lo van a conseguir.

Y allá en la plaza las dejamos con su “pañal-pañuelo” sobre la cabeza, caminando tercas y gigantes en sentido contrario a las agujas del reloj.

Les dedico este pequeño homenaje a las madres y abuelas de La Plaza de Mayo de la ciudad de Buenos Aires, con mi gratitud y cariño.

Enero de 2014.            Bernardo Gutiérrez Madres_mayo_02

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