Refugiadas
Personas traumatizadas y aterrorizadas dejan el hogar hacia un destino no escogido por ellas. Para agravar su angustia, las personas desplazadas, generalmente, huyen de sus hogares con sus hijos e hijas, tienen bajo su responsabilidad a varios niños y niñas y además, normalmente, están al cuidado de sus ancianos padres y madres y otros miembros de la familia, incluso, algunas toman bajo su responsabilidad a huérfanos.
La amenaza de violencia y muerte, niños aterrorizados, pesadillas en las noches por los ataques, miedo y nervios ante cualquier ruido, un duro trauma para niños y adultos expuestos a masacres, asesinatos, desapariciones; por eso tomaron a sus hijos e hijas y huyeron en busca de un lugar seguro. Abandonadas, sin hogar, sin ingresos y con constantes amenazas, con poco o nulo apoyo para realizar la transición hacia su indeseada nueva existencia.
La ciudadanía debería urgentemente asediar a instituciones y responsables de tomar las decisiones para asistir a las desplazadas, a responsables de como traer la paz y como acabar con la cultura de la impunidad. Una huelga global y desobediencia en tomar parte de conflictos armados y guerras económicas, nos salvaría del peso interminable de una culpabilidad infinita por no haber hecho nada ante la atrocidad.
