Lunes en Sol: ¡No a la Guerra!

El lunes 31 de enero volvemos a retomar nuestros lunes en Sol, después de la pausa de la sexta ola de la covid-19 . Volvemos con un tema que no nos es novedoso ni ajeno: LA GUERRA. Seguro que muchas salimos a las calles cuando políticos y medios de comunicación nos quisieron convencer de la necesidad de otra “guerra contra el mal”, por la existencia de armas de destrucción masiva en Irak. No conseguimos parar aquella guerra y pagamos muy caro, en forma de atentado, nuestro patriótico seguidismo a la política beligerante de los EEUU. No había armas de destrucción masiva pero se consiguió que militares irakíes bien preparados convirtieran su derrota y humillación en terrorismo. Desde entonces, el mundo es un lugar más inseguro para vivir y los militares tienen una excusa más para continuar con el negocio y justificar la existencia del ejército: combatir el terrorismo.

Tampoco conseguimos la “libertad duradera” para Afganistán, ni acabar con el terrorismo, después de gastar miles de millones en destruir el país. Hoy compite con Yemen en ser uno de los países del mundo más pobres del planeta, donde niñas y niños mueren de hambre y desnutrición. Sí, Yemen, esa guerra en la que el negocio del comercio de armas hace más ricos a los señores de la guerra , a contratistas, a comisionistas (como nuestro rey emérito) y a quienes transitan por las puertas giratorias del complejo político-militar-industrial que nos saquea patrióticamente de múltiples maneras. España es el segundo exportador de armas a la coalición que lidera Arabia Saudí contra Yemen, esa dictadura amiga, capaz de acoger con fervor al rey emérito y a la que la federación de futbol ha lavado la cara jugando allí la supercopa de España. El negocio es el negocio.

Ya como yayoflautas, salimos a las calles cuando imágenes como la de Ailan, muerto sobre la arena de una playa, nos removió las entrañas y fuimos conscientes de que las guerras producen refugiados, personas dispuestas a todo para encontrar una oportunidad de supervivencia digna, esa dignidad que nuestras guerras les arrebatan. También descubrimos que las guerras son alimentadas por un próspero negocio de la industria militar y que tienen en las ferias de armas su mejor escaparate de muerte, financiado por instituciones públicas. Contra las tres últimas que se han celebrado en Madrid hemos salido a la calle con mensajes como “las armas las ponen los gobiernos, los muertos el pueblo”.

El lunes volveremos de nuevo a Sol para gritar otra vez “NO A LA GUERRA”, sabemos que la verdad es la primera víctima, luego vienen con facilidad todas las demás. Los más horribles crímenes contra la humanidad han contado con un largo argumentario. No queremos que los medios de comunicación nos preparen un enemigo que no tenemos, no queremos que nos metan en el juego bélico maniqueo de “buenos y malos”; en esta nueva preparación para la guerra no vemos a los buenos por ninguna parte.

Frente al fatalismo de sus mantras justificadores: “siempre ha habido guerras”, “las guerras son inevitables”, hemos sacado nuestras convicciones: “Todas las guerras son evitables, paremos la siguiente”, y son evitables porque son decisiones humanas, aunque inhumanas. La guerra es la forma más extrema de violencia y como todas las violencias deja profundas cicatrices en las personas y en los pueblos. Lejos de solucionar los problemas, las guerras los enquistan y agravan. Frente a su pretendida “seguridad militar”, apostamos por la “seguridad humana” y gritamos: “gastos militares para escuelas y hospitales”, para pensiones y dependencia, para cuidar el planeta, para transporte público, para paliar la pobreza, para investigación…”Para la vida, todo. Para la guerra, nada”.

Que no cuenten con nosotras los señores de la guerra, que no cuenten con nuestra aprobación ni con nuestro silencio para cometer sus fechoría de expolio, dominación y muerte.

Te invitamos a acompañarnos este lunes 31 en Sol de 19 a 20 hs. Comemzaremos en la Mariblanca.

Traete el chaleco amarillo de tu coche o pide uno prestado para gritar con fuerza una vez más NO A LA GUERRA