Atreverse a revindicar la elección más acorde con nuestras verdaderas necesidades y deseos
No parece razonable criticar rechazar a una mujer por ejercer la libertad para elegir su forma de crianza. Es un paso más en que la mujer liberada, independiente y formada, decide criar a sus hijos de forma consciente, decide reivindicarse como mujer y no ceder la vivencia de la maternidad a esa rueda capitalista donde lo único que importa es producir y dejar a su bebé al cuidado de otros los primeros meses, es ahí donde toda la sociedad debe evolucionar; y en este camino está muy sola porque ningún movimiento la respalda. La crianza debería ser una prioridad en una sociedad con dos dedos de frente y no se debería obligar a dejar de amamantar a un bebé de meses o tenerlo con otras personas. La lucha por un permiso maternal suficiente, requiere de una evolución social y para ello cualquier símbolo o ayuda es de agradecer.