Carrera ciega hacia la nada jurídica
Por Verónica del Carpio Fiestas
Hay de decirlo claro: el legislador ha decidido que desaparezca de facto el Estado de Derecho. Sencillamente es eso.
En este impresionante fin de legislatura salimos a varias leyes nuevas POR SEMANA, se modifica de todo a la vez en innumerables leyes distintas publicadas incluso el mismo día, (ejemplos entre muchos aquí y aquí), hay incluso VARIAS modificaciones de una MISMA ley tramitádose A LA VEZ y separadamente en leyes distintas, generando todo ello una confusión jurídica sin precedentes, no solo entre quienes no saben Derecho, sino entre juristas. Los juristas, horrorizados ante la avalancha legislativa sin precedentes que llevamos viendo toda la legislatura pero que se acelera a lo bestia y es ya de dejar sin palabras (publicables) al fin de esta legislatura, desesperamos sin poder saber siquiera qué está vigente y qué no, por muchas horas que echemos, con leyes masivas, mal redactadas, con técnica legislativa que solo puedo calificar de inaudita -se me ocurren otros muchos calificativos, pero no quiero insultar-, leyes sin ton ni son de centenares de páginas semanales, y encima de vigencia inmediata. En un panorama jurídico horroroso, como no recordamos muchos haber vivido nunca.
Y esto es un problema de ESTADO DE DERECHO. No es un problema de juristas.
La Constitución establece un principio de seguridad jurídica. La Constitución establece un principio de publicidad de las normas. La Constitución y el sentido común, si es que cosa tan rara encaja en la Constitución, exigen que las normas han de ser conocidas antes de ser aplicadas, o al menos tenerse siquiera la POSIBILIDAD de ser conocidas. Y para ser conocidas o tener siquiera posiblidad de ser conocidas han de publicarse y dejar transcurrir un tiempo razonable antes de su aplicación. Ahora tenemos centenares de páginas nuevas de leyes SEMANALES de vigencia inmediata -sin contar normas de rango inferior, que ya vamos entonces a las MILES de páginas semanales, y a la normas autonómicas, que entonces vamos a las decenas de miles-.
Leyes además confusas, horriblemente redactadas, larguísimas, farragosas, incomprensibles, contradictorias, que cuelan de todo en otras normas con otro tipo. Normas civiles dentro leyes que dicen ser procesales, normas fiscales en leyes que dicen tratar de temas laborales, sin que sea posible saberlo ni por los títulos de las leyes ni siquiera por las exposiciones de motivos. Sin que sea posible verlo ni preverlo, ni localizarlo, ni por los especialistas. Leyes además plagadas de erratas y errores.
Leyes técnicamente insufribles incluso cuando son leyes de buena fe, que muchas distan de serlo, y que es ciento por ciento IMPOSIBLE leer, conocer, interpretar, cotejar, entender y aprender ANTES de su vigencia. Muchas veces es imposible incluso siquiera LEERLAS antes de su vigencia, que ya es cotidiano que sea inmediata. ¿Hay mucha gente con tiempo y capacidad de leerse e interpretar trescientas páginas jurídicas en una tarde, incluso estando pendiente del BOE de ese día y poniendose a ello corriendo? Lo sería INCLUSO de tratarse de leyes de técnica legislativa acertada y resulta encima que son leyes técnicamente horripilantes e incomprensibles.
Repito: LEYES QUE NADIE PUEDE CONOCER NI EXISTE SIQUIERA POSIBILIDAD DE QUE PUEDAN SER CONOCIDAS. Ni por los más avezados juristas.
Y, como esto lo puede comprender cualquiera, son leyes por tanto que se dictan SABIENDO que no pueden ser aplicables, pero que pese a ello son obligatorias. Leyes por tanto que se dictan sabiendo que son DAÑINAS, porque siempre son dañinas las leyes que es imposible conocer, pero que sin embargo darán lugar a responsabilidades y consecuencias desfavorables si no se aplican, porque siguen siendo obligatorias.
El legislador necesitan urgentemente un valium jurídico para calmar su desesperada carrera legislativa hacia la nada jurídica. Por la nada jurídica es un Estado de Derecho en el que las leyes han dejado de importar y que da igual que se apliquen mal porque nadie pueda conocerlas; salvo, naturalmente, para aplicarse al enemigo cuando interese, o al amigo cuando conviene.
Qué inmensa responsabilidad tiene este Gobierno y qué inmensa responsabilidad quienes desde la oposición y los medios de comunicación no denuncian lo que pasa.
Estado de Derecho, que la tierra te sea leve. Estás moribundo.
Verónica del Carpio Fiestas