Por la descolonización e independencia del Sahara

fd4fe6085fb7f335ab76579ef953c61fee1d86cb0f653e07792baf295e155385.jpg.620x0_q90_crop-scaleConvocada por la Coordinadora Estatal de Asociaciones solidarias por el Sahara (CEAS) se ha efectuado el 14 de noviembre una manifestación con el objetivo de reclamar no solo la descolonización e independencia del Sahara occidental, sino la libertad de los presos políticos y la defensa de los derechos humanos.

 

El 14 de noviembre ha coincidido con el 40 aniversario de los tristemente conocidos Acuerdos Tripartitos de Madrid, en esta misma ciudad tendrá lugar la cita anual más importante del movimiento de solidaridad con el Pueblo Saharaui, la 40ª Conferencia Internacional de Apoyo y Solidaridad con el Pueblo Saharaui.

 

El objetivo principal de esta 40ª EUCOCO es reivindicar el derecho inalienable del Pueblo Saharaui a la AUTODETERMINACIÓN y la INDEPENDENCIA y contribuir al proceso de PAZ para avanzar en la resolución del conflicto.La paciencia del Pueblo Saharaui, que desde hace más de cuatro decenios mantiene una perseverante lucha contra la ocupación ilegal de su país, el Sahara Occidental, por el Reino de Marruecos, parece que no tiene límite. Diariamente las fuerzas de seguridad marroquíes reprimen con brutalidad a los y las saharauis, que resisten con dignidad y determinación en su lucha para recuperar la libertad y construir un futuro en libertad, paz y democracia.

 

Los conflictos armados en que están implicados movimientos de liberación nacional reconocidos por las Naciones Unidas tienen la consideración de conflictos armados internacionales, en aplicación del artículo 1.4 del Protocolo I de 1977 a los Convenios de Ginebra. Y aunque el Derecho Internacional no les reconoce expresamente el derecho a usar la fuerza armada, tampoco se lo prohíbe, toda vez que numerosas resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas han reiterado la legitimidad del uso de la fuerza por parte de los movimientos de liberación nacional.

 

Nadie quiere eso y mucho menos los saharauis, pero nadie podrá hacer a este pueblo responsable si se ve obligado a tomar una drástica decisión, que sería una tragedia anunciada tras años y años de espera pacífica y esperanza en la negociación auspiciada por la ONU. Cada vez que el pueblo saharaui renueva su confianza en unas instituciones internacionales y multilaterales que se muestran tan remisas en su compromiso con la legalidad internacional da prueba de su paciencia y capacidad de sacrificio, lo que exige una respuesta adecuada de los países integrantes de estos organismos.

 

La lucha por hacer valer su derecho sobre una tierra que les fue arrebatada en 1975, la paciencia y la resistencia, la fe en la justicia y en la razón, es lo que ha hecho que las y los saharauis, sigan confiando en la búsqueda de una solución pacífica y definitiva, a pesar de las promesas reiteradamente incumplidas. Mientras el Plan de Paz siga estancado y en el Sahara ocupado se produzcan graves violaciones de los derechos humanos, no duden que si finalmente se le intenta impedir decidir libremente su futuro mediante un Referéndum de autodeterminación, en los términos que establecen las Resoluciones de las Naciones Unidas, nadie le podrá acusar de no haber explorado todas las vías pacíficas imaginables para poner fin a su sufrimiento. Al Pueblo Saharaui se le está robando el futuro con la negación de la legalidad internacional y, como a tantos pueblos que estuvieron bajo el yugo colonial, le están empujando a tomar otro camino.

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