Entrevista de la radio nacional sueca a yayaflautas y disturbios en Estocolmo

El pasado lunes, una reportera de la radio nacional sueca, Sveriges Radio, nos entrevistó en Sol a dos yayaflautas. En el curso de la conversación le preguntamos si la radio nacional sueca en la que trabajaba era una radio conservadora o que nos contase algo de sus características. Seria y dignamente, se permitió comparar los medios de comunicación del norte europeo: Objetivos y que no enjuician, a excepción de artículos o debates de opinón y los medios del sur, politizados y sin objetividad en la emisión de sus noticias.

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Foto de rtve

 

Las yayaflautas le comentamos, obviando su análisis sobre medios de comunicación, que el órden criminal mundial que nos estaba masacrando y expulsando del país a nuestros jóvenes sin trabajo, era mundial y que les afectaba o iba a afectar también, aunque no lo quisiera ver, a países con el nivel de bienestar que actualmente tenía el suyo.

 

Hoy puede verse que los disturbios de Estocolmo  y de un puñado más de ciudades Suecas, muestran el lado amargo de su Estado de bienestar.

Los Bomberos han informado de 70 incendios, una veintena menos que en la noche del jueves, concentrados de nuevo en los vecindarios más pobres de las ciudades, donde viven los inmigrantes. En Estocolmo los barrios más afectados han sido de nuevo los de Husby, Hagsatra, Ragsved y Skogas.

 

Datos de posibles causas:

 

  • La mayoría de los inmigrantes aspira a empleos por debajo de su formación
  • El paro de los inmigrantes casi triplica el de los suecos
  • Grandes desigualdades sociales

 

Husby, el escenario de los peores disturbios de Suecia en años, está construido como un barrio típico de los suburbios, con parques infantiles de colores, jardines bien cuidados y edificios de apartamentos de poca altura. Sin embargo, lo que cuentan los residentes de este barrio de inmigrantes es que sólo pueden aspirar a puestos de trabajo infructuosos, que viven acosados por la policía y son asediados con insultos racistas, elementos que no concuerdan con la reputación sueca de apertura y tolerancia.

 

La ola de violencia que se dio en Husby se ha extendido por Estocolmo en las últimas cuatro noches, con escenas que recuerdan a las vividas en Londres en 2011 y en París en 2005. Todo esto demuestra que el modelo sueco del bienestar (con sus 480 días de baja paternal por cada niño) esconde un lado oscuro.

 

Cerca del 15% de la población nació en el extranjero, lo que supone el porcentaje más alto en la región nórdica. Por ello, la propuesta que va en contra de los inmigrantes del partido Demócrata de Suecia, que consiste en un toque de queda en respuesta a los violentos episodios, tiene a la sociedad paralizada.

 

Los metros y los trenes a las afueras de Estocolmo a altas horas de la noche están llenos de personas que hablan español y árabe que regresan después de una dura jornada laboral. La frustración por no poder encontrar un trabajo que cumpla con sus expectativas es cada vez mayor. Incluso los inmigrantes de segunda generación (aquellos nacidos en el país con padres inmigrantes) tienen dificultades para encontrar un empleo acorde con su formación.

 

Ante este fenómeno, un diplomático asiático ha explicado que «por un lado, Suecia tiene todos estos inmigrantes y por otro lado, ¿dónde están? A veces parece que la mayoría están vendiendo perritos calientes».

 

Sin embargo, aseguran que lo más duro no ha sido la violencia vivida en la periferia de la ciudad sueca, sino las leyes políticas que dicen que oprimen a los inmigrantes. «El peor vandalismo no es lo que hemos experimentado en los últimos días», ha asegurado el líder de la comunidad Arne Johansson en una manifestación de protesta en Husby. «Es el reptil, el vandalismo lento que este gobierno de derechas nos ha impuesto a lo largo de los últimos siete años», comenta.

 

Desde que Fredrik Reinfeldt accedió al cargo de primer ministro de Suecia, ha conseguido esquivar la crisis económica en la que están hundidos el resto de países de su entorno. Ha reducido los impuestos y los beneficios estatales, lo que ha contribuido al crecimiento de la economía. No obstante, los riesgos de estas medidas se han reflejado en los colectivos más humildes y han ampliado la desigualdad entre pobres y ricos y convirtiéndose en el baremo más amplio de la OCDE en esta materia.

 

El profesor de criminología de la Universidad de Estocolmo, Jerzy Sarnecki, ha insistido en que la sociedad está mucho más segregada, con una gran población de inmigrantes muy pobres que viven en zonas de las grandes ciudades donde el desempleo es mucho mayor que en otros lugares.

 

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